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Gueto de Terezin

Terezin (nombre checo de la ciudad --los alemanes la llamaban Theresienstadt) es una ciudad fortificada en el noreste de Checoslovaquia. Desde noviembre de 1941 enviaron a Terezin a los ancianos judíos procedentes de Bohemia y Moravia, al igual que a judíos prominentes con privilegios especiales residentes en Checoslovaquia, Alemania y en algunos países de Europa Occidental. De allí serían deportados a los campos de exterminio.

Al principio, durante unos pocos meses, las condiciones de vida en el gueto fueron similares a las de la mayoría de los campos de concentración nazis. En enero de 1942 comenzaron las deportaciones a los campos de exterminio con el envío de 2.000 judíos a Riga. Ahora pendía permanentemente sobre el gueto la amenaza de la deportación. Más tarde mejoraron en alguna medida las condiciones de vida y, con la partida de la población no judía, hacia julio de 1942, Terezin se transformó casi en una sociedad libre dentro de sus confines. Posteriormente comenzaron a llegar miles de deportados procedentes de Alemania y Austria, en su mayoría ancianos y en muchos casos, gente que había sido condecorada por su valor durante la Primera Guerra Mundial.

En septiembre de 1942 la población del gueto llegó a su pico máximo: 53.000 habitantes en un área de 115.000 metros cuadrados. A partir de octubre se produjeron continuas deportaciones a los campos de exterminio de Treblinka y Auschwitz. En 1944, cuando finalizaron esas deportaciones, sólo quedaban en el gueto alrededor de 11.000 judíos.

Las condiciones de hacinamiento, las malas instalaciones sanitarias y la pésima nutrición fueron causa de graves brotes de enfermedades y epidemias. La tasa de mortalidad era extremadamente alta, aunque con el paso del tiempo, el consejo de salud del gueto logró establecer hospitales y comenzar a vacunar y realizar análisis para el diagnóstico precoz de enfermedades. Con esto se logró un descenso en la tasa de mortalidad.

El 3 de mayo de 1945, tres días antes de que el gueto fuera liberado por el Ejército Rojo, los nazis entregaron su control a la Cruz Roja. Los últimos judíos abandonaron Terezin el 17 de agosto de 1945.

La vida dentro del gueto estaba administrada por el consejo de ancianos, el Altestenrat, cuyos miembros eran elegidos de entre los líderes judíos. Muchos estudiosos, artistas y escritores figuraban en las listas de internos del gueto, y ellos organizaban numerosas e intensas actividades culturales - orquestas, ópera, teatro, entretenimientos ligeros y sátiras. Se ofrecían conferencias y grupos de estudio, y la biblioteca contaba con unos 60.000 volúmenes. Se prestaba mucha atención al judaísmo y a los estudios judaicos.

Los nazis explotaron esta actividad cultural para sus propios fines. Pusieron a trabajar a buen número de conocidos artistas en el departamento de gráfica y dibujo técnico del campo, entre ellos a Leo Haas, Otto Ungar, Ferdinand Bloch y Bedrich Fritta.

Este trabajo a la vez permitió que aquellos que eran empleados en este Departamento pudieran tener una visión de otras partes del gueto. Aprovecharon la oportunidad para realizar rápidos esbozos de la vida en el gueto. Debían hacer esto en secreto, en un ático o en medio de un grupo cerrado de gente, para que la SS no los descubriera. Los bocetos así realizados describen muchos tópicos - la búsqueda de comida, gente esperando a ser deportada, habitantes mudándose de un edificio a otro, aspectos de calles y edificios, así como retratos de los internos, los ancianos, los enfermos, los moribundos y los muertos. Haas, Fritta y Ungar solían encontrarse frecuentemente por las noches para trabajar en sus dibujos, de resultas de lo cual contamos con una gran colección de dibujos y pinturas que describen diversos aspectos de la vida en Terezin.

Hacia fines de 1943, cuando empezaron los rumores acerca de la existencia de campos de exterminio, los alemanes decidieron abrir Theresienstadt al comité investigador de la Cruz Roja. Antes de hacerlo, llevaron a cabo más deportaciones hacia Auschwitz, de manera que se redujera el hacinamiento. Establecieron comercios falsos, cafés, jardines de infantes, escuelas y un banco, y por toda la ciudad surgieron canteros con flores. Para asegurarse de que la verdad no fuera revelada, los nazis comenzaron a buscar entre las obras y los materiales de los artistas que trabajaban en el departamento técnico. Ellos tenían sus dibujos ocultos en diferentes partes del gueto. Fritta había escondido sus cuadros en una caja de metal bajo tierra; Ungar ocultó los suyos en un nicho que había tallado en la pared, mientras que Haas escondió sus obras en un altillo. Los nazis también buscaron en la vivienda del marchand de arte Leo Strauss, quien, gracias a su familia "aria" y a sus excelentes conexiones con la policía checa del gueto, logró sacar subrepticiamente, más allá de las fronteras del Reich, algunos cuadros que documentaban la vida en Terezin - probablemente rumbo a Suiza. Esperaba que ellos lograran despertar la opinión pública, o que al menos, documentarían los hechos, aún si los artistas mismos no sobrevivían.

Unos pocos días antes de la visita de la Cruz Roja, un colega del departamento técnico, que era miembro del Altensrat, advirtió a los artistas que al día siguiente los llevarían para ser interrogados. Ungar, Fritta, Haas y Bloch fueron conducidos al cuartel general nazi, donde Adolf Eichmann condujo el interrogatorio. Los nazis querían descubrir quién había realizado los dibujos sacados del gueto y quiénes eran sus contactos en el exterior. Posteriormente, los artistas fueron llevados a una celda subterránea, donde encontraron a Strauss, que había sido arrestado unos días antes. Se mantuvieron todos en silencio y, después de un terrible interrogatorio, fueron transferidos a la prisión de la Gestapo en la "Pequeña Fortaleza " (Kleine Festung). Sus familias también fueron trasladadas allí.

El 23 de julio de 1944, el comité de la Cruz Roja llevó a cabo su inspección. Posteriormente, los nazis realizarían un vídeo de propaganda acerca de la nueva vida de los judíos bajo el Tercer Reich. Cuando la película fue completada, la mayoría de sus participantes, incluídos los niños y muchos de los líderes judíos, fueron enviados a las cámaras de gas de Auschwitz.

Los artistas de Terezin - entre los que se contaban Malva Schalek, Amalie Seckbach, Charlotte Buresova, Leo Haas y Karel Fleischmann - dejaron una rica documentación de la vida en el gueto. Sus obras revelan su intensa vida artística, pero también documentan las interminables filas para obtener comida, el hacinamiento y las deportaciones. Constituyen un testimonio de las facetas contradictorias del "campo modelo" de Terezin.

(Dra. Pnina Rosenberg)