Skip to main content Skip to page footer

Amalie Seckbach

1870-1944

Amalie Seckbach nació en Hungen, cerca de Frankfurt (Alemania) el 7 de mayo de 1870, en el seno de una familia judía de comerciantes acaudalados de apellido Buch. El padre comerciaba en maquinarias agrícolas. Amalie tenía tres hermanos mayores.

En 1890 el padre murió y al año siguiente vendieron su empresa. Amalie y la madre se mudaron a Frankfurt, donde la niña recibió una educación típica para una joven de familia de buena posición: además de aprender a leer y escribir, aprendió piano, canto, pintura y economía doméstica.

En 1907 se casó con Max Seckbach, un conocido arquitecto. No tuvieron hijos. Durante la Primera Guerra Mundial, Amalie Seckbach, como muchas otras mujeres de su clase social, realizó trabajos de beneficencia, por lo cual recibió un premio de la Cruz Roja Alemana. La madre falleció en 1918 y cuatro años más tarde, en 1922, también murió su marido. Para atenuar su soledad, Seckbach se entretuvo haciendo esculturas, una forma de arte que no había aprendido en la escuela.

En Frankfurt, que era una ciudad rica en museos, la impresionaron las coloridas xilografías chinas y japonesas. En 1926 tomó clases en el Instituto de Estudios Chinos de la Universidad de Frankfurt, y llegó a ser experta en el campo de los grabados sobre madera de procedencia china o japonesa. También los coleccionaba. La "Colección Seckbach" se exhibió en conocidos museos de Alemania y adquirió renombre internacional. También comenzó a exponer sus propias esculturas --pequeños bustos que exhibía en vitrinas de cristal intercaladas con su colección de grabados. Esta combinación despertó curiosidad y gran interés.

En 1930 Seckbach conoció al pintor James Ensor en Bélgica, quien quedó muy impresionado con la obra de Amalie. Expusieron juntos en el Musée des Beaux-Arts de Bruselas, y el trabajo de Seckbach recibió excelentes críticas. Tenía sesenta años cuando comenzó a exponer en el extranjero, especialmente en el Salon des Surindépendants de París, y sus trabajos recibieron elogios y amplio reconocimiento.

Con la llegada de los nazis al poder en 1933, estos confiscaron los trabajos de los artistas que consideraban "arte degenerado" --especialmente la obra de artistas judíos. Pero Seckbach todavía pudo seguir exponiendo varios años más en Alemania dentro del marco de la "Judischen Kulturbundes" (Asociación Cultural Judía). Gracias a sus conexiones internacionales, sorprendentemente, continuó exponiendo en el extranjero: en Madrid, Florencia, París, Bruselas y Ostende (Bélgica). Las obras de esta artista autodidacta, que comenzó a pintar y esculpir a edad relativamente avanzada, se exhibían al lado de esculturas y pinturas de artistas de la talla de Chagall, Bonnard, Vlaminck, Signac y Rouault.

En 1936 la invitaron a exponer en el prestigioso Instituto de Arte de Chicago, donde su obra fue exhibida al lado de artistas expresionistas como Paul Klee, Max Pechstein, Otto Dix, Emil Nolde and Lyonel Feininger. Entre los adquirentes de los trabajos de Amalie había museos, galerías, gente famosa y amantes de la cultura.

En 1939 Sechbach todavía vivía en Frankfurt, en un lujoso departamento de ocho ambientes. Después, en 1941, al igual que los otros judíos de Alemania, la obligaron a usar el escudo amarillo. Al comprender la gravedad de su situación, Seckbach hizo intentos de último momento para llegar a los Estados Unidos vía Lisboa, pero no lo consiguió.

El 15 de septiembre de 1942, Seckbach fue enviada a Terezin. Este fue un perído extremadamente difícil, pero de algún modo, a pesar de sus malas condiciones físicas, esta mujer de 72 años logró seguir produciendo obras de arte. Algunas de sus pinturas sobrevivieron y se las puede encontrar en el Beit Lohamei Haghetaot (Museo de los Combatientes del Ghetto) de Israel.

El 10 de agosto de 1944 Seckbach falleció en Terezin. Fue incinerada en el crematorio, no tiene tumba ni lápida.

En Terezin, a donde también había sido enviado uno de sus hermanos, Seckbach a veces pintaba sobre papel que encontraba en botes de basura. A diferencia de muchos otros artistas encerrados en campos o guetos, Seckbach no retrató la vida en el gueto. Esto es lo que hace que sus obras sean tan sorprendentes: a primera vista no parecen tener conexión alguna con sus circustancias.

En cambio, los temas de los trabajos de Seckbach son sublimes y atemporales. Pinta belleza en un mundo de muerte y sufrimiento. Entre sus pinturas podemos encontrar cuadros de flores, paisajes imaginarios y retratos surrealistas. Se concentra especialmente en realizar retratos de mujeres hermosas, encantadoras, enmarcadas en flores o hierbas imaginarias. A veces este marco florido se convierte en una especie de corona.

¿Este tipo de arte es una resistencia espiritual? Sí, lo es, aunque no lo parezca a primera vista. Sus retratos, realizados sobre papel, se caracterizan por la intensidad de las miradas. En los grandes ojos se pueden vislumbrar los procesos emocionales: el sufrimiento, el duelo y la tortura emocional. Esas mujeres no sonríen; sus labios están sellados. Pero hay una especie de nobleza en ellas. Despiertan respeto con su notable y orgullosa belleza. Nos pueden recordar relatos religiosos o mitológicos, pero ¿ella acaso se está refiriendo a estos temas? Además de la fecha y la firma, encontramos escrita en grandes caracteres la palabra "Theresienstadt"

(Dra. Pnina Rosenberg)


Bibliografía

Archivo de Beit Thereseinstadt (casa de Thereseinstadt), Givat Haim-Ihud, Israel.

Miriam Novitch. Spiritual Resistance: Art from Concentration Camps 1940-1945 - A selection of drawings and paintings from the collection of Kibbutz Lohamei Haghetaot. (Resistencia espiritual: Arte de los campos de concentración. 1940-1945 - Selección de los dibujos y pinturas de la colección del Kibbutz Lohamei Haghetaot) Union of American Hebrew Congregations, 1981.

Gabriele Reber. Amalie Seckbach. Investigación inédita, Usingen, Alemania, sin fecha.