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Campo de Auschwitz

Auschwitz (su nombre en alemán, correspondiente al polaco Oswiecim) fue el mayor de los campos de concentración y de trabajos forzados de los nazis. Fue utilizado para el exterminio del pueblo judío por un sistema de gaseamiento.

El 27 de abril de 1940, Heinrich Himmler ordenó la construcción de un nuevo campo de concentración que sería grande y estaría situado cerca de la ciudad de Oswiecim, en la parte oriental de Alta Silesia, que el Reich había anexado en septiembre de 1939. El campo fue construído por 300 judíos de Oswiecim y sus alrededores, quienes fueron sus primeros trabajadores. A partir de junio de 1940, los nazis enviaron contingentes de prisioneros al campo, comenzando con prisioneros políticos polacos. Auschwitz rápidamente cobró notoriedad como el peor de los campos de concentración de los nazis. Como aterradora ironía, se leían las palabras Arbeit Macht Frei ("el trabajo libera") sobre el portón principal de acceso.

En octubre de 1941 comenzó la construcción de un segundo campo, mucho más grande, a tres kilómetros del campo original. Recibió el nombre de Auschwitz II - Birkenau. A continuación se abrió un tercer campo: Auschwitz III - Buna Monowitz. Otros campos satélites se fueron abriendo, todos ellos rodeados de alambradas de púa.

Birkenau tuvo la población más numerosa de todos los campos. Sus internos eran en su mayoría judíos alemanes y polacos. Las condiciones de vida en este campamento también eran de las peores, y culminaban con la exterminación en las cámaras de gas y los crematorios del campo.

Cuando los trenes se detenían en la plataforma de ferrocarril de Birkenau, los prisioneros debían dejar todas sus posesiones y pararse en dos filas, hombres y mujeres por separado. Luego los oficiales de la SS seleccionaban a la gente que sería enviada de inmediato a las cámaras de gas. Eran asesinados ese mismo día, y sus cuerpos eran incinerados en los crematorios de Birkenau. Además de los judíos, también enviaban a las cámaras de gas a los gitanos y a los prisioneros políticos. En total, alrededor de un millón y medio de seres humanos fueron asesinados en Auschwitz-Birkenau.

Aquellos que escapaban al gaseamiento inmediato eran asignados a los campamentos de trabajos forzados. Les afeitaban la cabeza y les proveían de uniformes rayados de prisioneros. La expectativa de vida de un prisionero en los campos de trabajos forzados no era de más de unos pocos meses. Muchos de los internos se transformaban en lo que en la jerga del campo se conocía como "Musselmanner" - gente a la que no le quedaban fuerzas en absoluto, que casi no se podían mover o reaccionar ante su entorno.

Auschwitz ha llegado a ser un símbolo, una metáfora, del mal inconcebible y monstruoso. Las obras de artistas como Halina Olomucki nos pueden dar algún indicio de los inenarrables horrores de este campo.

(Dra. Pnina Rosenberg)